martes, 6 de octubre de 2015

¡Viva la gente bonita!

El otro día, hablando con mi hermano de lo bonita o feucha que me parece tal o cual persona, de repente me soltó: "es que a ti te parece más o menos guapo/a alguien según cómo te caiga o cómo te trate"... yo, enfadada por ese insulto a mi objetividad a la hora de catalogar la "belleza", le dije que ¡no era verdad! Pero lo cierto es que tenía más razón que un santo...

Hay una persona en concreto que me ha hecho cambiar la percepción sobre su belleza millones de veces... es una persona bastante... digamos "cambiante"... a veces es una dulzura, te muestra cariño, te dice cosas agradables, tiene gestos bonitos hacia ti, te escucha, comparte cosas contigo... y ¡yo la veo preciosa! ¡Sonriente, arreglada, sexy y feliz! Y, sin embargo, al mismísimo día siguiente, se muestra hostil, hiriente en comentarios y actitudes, seca y retraída... y la veo ¡realmente horrible!

Desde entonces me he tomado mi tiempo para observar a esa persona y me he dado cuenta de que los rasgos son los mismos (es obvio que una persona no puede cambiar tanto en tan poco tiempo) pero, aún así, no puedo evitar “verla” más o menos atractiva o guapa según “el día en el que se encuentre”… y realmente me preocupo por mi desorientada percepción, porque no sólo encuentro diferencias en la belleza de sus rasgos, sino en sus gestos (más graciosos o más torpes), sus expresiones (con ternura o con segundas y malignas intensiones) o incluso en su tono de voz...

Y, al tener en mente ese ejemplo tan evidente, me doy cuenta de que mi hermano, con su sentencia reveladora, había puesto en jaque mi cordura... Me puse a pensar en las personas que, a mi parecer, son lindas físicamente y las que me parecen feítas... y es verdad que siempre coincide que a aquella persona que no me termina de "gustar" o que "no me cae demasiado bien" le adjudico más adjetivos negativos acerca de su hermosura o acerca de la ausencia de ella (qué cruel soy a veces...); y, sin embargo, a aquella persona que sí "me encanta" y que "me cae genial" la veo realmente guapa y siempre encuentro algún halago para él/ella…

Queridos amigos, ¿estoy loca?, ¿mi percepción visual ha perdido cualquier atisbo de objetividad?, ¿mi parte emocional es capaz de alterar de esa manera tan intensa mi capacidad para determinar la belleza ajena?

Yo creo que no estoy loca (¡bien por mí! Jajaja), y que mi manera de “ver la belleza” es la acertada… creo sinceramente que la belleza no solo reside en un físico bonito: una figura esbelta, un culo bien puesto, unos músculos trabajados, un buen pecho, un pelo bonito y cuidado, unos ojos grandes y expresivos, una sonrisa,...; también es muy importante la actitud: la forma de andar, los gestos, la manera de expresarse...; y, sobre todo, creo que lo que determina mi "percepción súper subjetiva de la belleza" es el amor y la energía que desprende esa persona: cómo te hace sentir, cuánto apoyo y cariño te demuestra, las palabras dulces que te dedica, el tacto que tiene al comunicarte cosas delicadas, la manera de compartir sus cosas contigo, de escuchar lo que tú quieres compartir con ella... eso es lo que hace que una persona sea LINDA.

En realidad ¿no debería ser esa la auténtica noción de belleza?, ¿un conjunto de características físicas, psíquicas y emocionales que generen una armonía en la persona y que la hagan parecer única, maravillosa y realmente bella?  ...

¡¡VIVA LA GENTE BONITA!!, la gente bonita de verdad! =)


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