"Durante
una batalla, el general al mando decidió atacar a pesar de contar con menor
número de efectivos que el enemigo. Antes de la batalla se reunió con sus
hombres y dijo:
- “Ahora tiraré esta moneda. Si sale cara ganaremos. Si sale cruz vamos a perder. El destino decide”.
Tiró al aire su moneda y todos esperaron atentos a que impactara contra el suelo.
Cayó de cara.
La batalla tuvo lugar y consiguieron la victoria frente a un ejército superior.
Entonces, un teniente le dijo al general:
- “Nadie puede cambiar el destino”.
Este respondió con un “tal vez” y una sonrisa pícara, mientras mostraba al teniente la moneda con cara en ambos lados."
- “Ahora tiraré esta moneda. Si sale cara ganaremos. Si sale cruz vamos a perder. El destino decide”.
Tiró al aire su moneda y todos esperaron atentos a que impactara contra el suelo.
Cayó de cara.
La batalla tuvo lugar y consiguieron la victoria frente a un ejército superior.
Entonces, un teniente le dijo al general:
- “Nadie puede cambiar el destino”.
Este respondió con un “tal vez” y una sonrisa pícara, mientras mostraba al teniente la moneda con cara en ambos lados."
El éxito está
en nuestras manos.
La
derrota también.
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