miércoles, 27 de abril de 2016

Cosas que no queremos ver...

Me he dado cuenta de que el popular refrán "ojos que no ven, corazón que no siente" ha sido una constante en mi vida.

Yo sé que es difícil creerlo, pero hasta que no empecé el reto y empecé a perder peso y volumen no llegué a ser consciente de verdad del peso que había alcanzado. Y es que llegó un punto en mi vida en el que prefería no ver, no verme. Yo creo que dejé hasta de mirarme en el espejo, si estaba desnuda ni me fijaba y, si lo hacía, era lo menos posible para no darme cuenta de lo evidente.

Vestía con prendas flojas y elásticas para que nada apretara (si no me quedaba pequeña la ropa significaba que todo andaba bien...); rechazabas planes para salir con tal de no tener que arreglarme,. etc. Mi vida empezó a girar entorno a la comida y cada vez era más pasiva, más conformista,... y, por qué no decirlo: más desdichada.

Hace años me pasó lo mismo y estaba más o menos en el mismo punto que cuando empecé este reto... Un día vi a una conocida de mi residencias de estudiantes a la que hacía tiempo que no veía y me quedé impresionada. Ella siempre había sido bonita y una dulzura de niña pero, como a mí, le sobraban unos kilos. Cuando la vi estaba radiante: había adelgazado un montón y me dije: ¡Yo también quiero conseguirlo! Le pregunté qué había hecho, cómo le había ido y me decidí. Acudí a la endocrina que me había recomendado e hice todo el tratamiento oportuno. Adelgacé 22 kg y me sentía genial. Así que empecé a confiarme. Pero ya había aprendido a fijarme en mí así que era consciente de que descuidar la alimentación traía consecuencias - quizás no era tan consciente como lo soy ahora - ... En aquel entonces adelgacé sólo con dietas y con tratamientos de mesoterapia. En verano de aquel año subí peso así que, para no quedarme "avergonzada" delante de la endocrina por haber "fracasado", anulé mi cita y la pospuse para más adelante... Así una y otra vez... por miedo... y no por miedo a la médico (al contrario, ella era un amor de persona) sino por miedo a mí misma - aunque en ese momento no hubiera aceptado que ésta era la verdadera razón- : temía fracasar y por ese miedo volví al inicio: a dejar de atenderme, a dejar de fijarme y a dejar de esforzarme... Volví a taparme los ojos para no ver aquello que no me gustaba... y volví a engordar... 

Engordé esos 22 kg que tanto me costó bajar y 15 más. Estuve casi 5 años de nuevo perdida. Por momentos me hacía consciente de que "me había dejado ir" pero dolía tanto no gustarme y sentirme idiota por haber retrocedido que era incapaz de reconocer mi error y volver a empezar.

Volver a empezar asusta. Una vez leí una frase que decía: "Si estás cansado de volver a empezar, entonces nunca te rindas". Y decidí replantearme las cosas. No fue fácil. Asumir que has sido derrotada o, mejor dicho, asumir que te dejaste derrotar implica un cabreo importante con una misma; pero ese cabreo debe ser reafirmante y no demoledor. Me explico: debe ser un cabreo que te ayude a volver a luchar y no un enfado que te hunda aún más en tu miseria.

Me costó volver al camino. Estuve alrededor de medio año concienciándome y preparándome. Haciendo ejercicio poco a poco. "Deshabituándome" a tener caprichos y antojos con la comida. No es fácil. Siempre he dicho que para mí la comida es una especie de droga, que la asocio a demasiadas cosas y es mi cura para la ansiedad y la tristeza y también mi recompensa en los momentos felices. Hay que desaprender muchas cosas, establecer nuevas asociaciones más sanas. Es mucho más que dejar de atiborrarse y ponerse a correr. Mucho más. Y quien no lo entienda es que tiene la suerte de no haberse tenido que enfrentar a un problema de sobrepeso en su vida.

El siguiente capítulo de la historia ya lo saben por este blog: empezó 2015 y mi principal objetivo fue recuperarme a mí misma. Le di duro al ejercicio y me puse inflexible con la dieta. Adelgacé. Sí. Perdí 25 kg pero seguía sin encontrarme a mí misma. No entendía qué me pasaba. Hubieron meses flojos. Meses sin resultados. Me sentía estancada, deprimida, desilusionada. Perdí las fuerzas...

En diciembre subí peso, unos 4 kg. Entre enero y febrero los conseguí bajar y volví a estar en los  -25 kg (controlando las comidas simplemente porque a penas he ido a entrenar en lo que llevamos de año). Después en marzo tuve una semana de vacaciones y engordé otros 3 kg.; no me había recuperado aún y tuve una escapada de fin de semana en abril en el que volví a subir 2 kg más... Y aquí estoy ahora, acabando el mes de abril con mis -22 kg menos. Y la casualidad hace que no pueda evitar acordarme una y otra vez de lo que contaba al principio: cuando bajé los 22 kg y después me dejé ir y perdí todo lo que había conseguido. Y me da miedo.

Los pensamientos pueden ser nuestros peores enemigos. Sé que es ilógico pensar que "hace 6 años bajé 22 kg y volví a cogerlos; entonces ahora que he bajado justo ese peso seguramente me volverá a pasar y volveré a fracasar". No tiene lógica y, sin embargo, mi mente lo acepta con total coherencia y yo lo sufro...  Pero me repito una y otra vez que no debe ser así, que esta vez no será igual, que es el miedo el que me hace pasar por esa situación y que debo hacer que la ilusión y las ganas pesen más que los kilos que me torturan... 

Y esa es la razón por la que estoy ausente. Estoy tratando de volver a encontrarme, de volver a coger fuerzas como hice en esos 6 meses previos a empezar este reto. No me he rendido y sé que cuando retome el reto será cuestión de eso: de retomarlo y no de volver a empezar. Porque no estoy en el mismo punto de partida, estoy varias casillas más adelante. Esta vez no voy a mirar para otro lado, voy a estar centrada en mí. Y lo conseguiré (como siempre digo) tarde o temprano. Lo sé. Lo necesito. Esta vez sí quiero verme y quiero que mi corazón sienta que sigo luchando.



 

martes, 12 de abril de 2016

jueves, 7 de abril de 2016

Ruta por el Barranco de Azuaje

Hay mil formas de hacer deporte y la naturaleza nos da mil oportunidades para ejercitarnos alejados de rutinas y rodeados de belleza.

El sábado pasado una amiga me invitó a ir a hacer un sendero; una ruta por uno de los barrancos más bonitos y más profundos de la isla: el barranco de Azuaje, en Arucas.

¡Fue un palizón! jajaja casi 12 km de bajadas y subidas (menos un tramo en el fondo del barranco que sí era recto). Cruzamos charcos de agua, subimos zonas de piedras ayudándonos de cuerdas,… Está considerada una ruta de intensidad o dificultad media-alta. Para alguien como yo debo decir que fue difícil pero le di caña "cardio saludable" a mi corazoncito y también le di trabajo de sobra a mis músculos (sobre todo piernas, gemelos y glúteos) y me lo pasé increíble así que ¡¡mereció la pena!! Y encima ¡¡menudas vistas!! Y menuda compañía =) ¡Voy repetir, segurísimo!

Planes distintos, meta común. =)








martes, 5 de abril de 2016

Coger aire... para poder continuar

He estado perdida porque necesitaba un respiro... alejarme de todo y conseguir ver este reto con perspectiva. 

A veces nos afanamos por conseguir las cosas YA y eso hace que desesperemos... y la desesperanza nunca es buena compañera de viaje, menos aun cuando el viaje va a ser largo... 

Lo dije desde que empecé: este reto voy a conseguirlo cueste lo que cueste, más tarde o más temprano, sola o con ayuda. Voy a conseguirlo porque no me permito otra opción final.


Se me está haciendo duro porque llevo unos meses difíciles... Desde diciembre he bajado radicalmente el ritmo de entrenamiento (y se nota) y he tenido días de vacaciones, bajonas, etc. que han hecho que no comiera bien/sano... He subido 3kg, los he bajado, he vuelto a subir 2kg, he vuelto a bajar, (y así en un bucle infinito)... Estoy en un rango de unos 4kg dentro del cuál subo y bajo, pero no salgo de él. Es bueno porque "no me estoy dejando ir tanto" como para haber perdido todo lo que he conseguido; pero también es malo porque frustra, frustra muchísimo... y agota. Y el agotamiento tampoco es buen compañero...


Pero sigo por aquí, latente. Cosechando fuerzas y ganas para darle otro empujón a este sueño. Espero volver pronto a dar buenas noticias... mientras, debemos ser conscientes de que las piedras también forman parte del camino...