jueves, 2 de julio de 2015

Bajada de intensidad

Llevo un par de meses un poco gandulona... y aunque no ha sido por vaguería absoluta sí me he dado cuenta de que entre menos deporte hago, menos ganas me dan de moverme... y que si me salto la dieta un día, más difícil me resulta hacerla perfecta al día siguiente...

Lo noto en mi cuerpo y en mis ganas... siento que ya no tengo la misma motivación que al principio (y creo que lo he dicho un millón de veces en las últimas entradas al blog...), que esto de tener resultados aleatorios según el mes y no siempre según mi esfuerzo me mata... y sigo controlándome porque no quiero desistir pero bff se me hace duro no abandonar muchos días... 

Aunque en realidad, para ser totalmente sincera, lo que realmente me desanima es pensar que antes comía de todo lo que me daba la gana y que no hacía nada de ejercicio y, más o menos, me mantenía en un peso, desorbitado, eso sí, pero me mantenía... en cambio ahora basta que no haga 5 horas de ejercicio a la semana o que coma un poco de más y ya se altera todo y se van al carajo los resultados obtenidos o no consigo más resultados sino que "me estanco" (ese es el estado en el que me siento constantemente: ¡estancada!); y me da coraje que sea así, me cabrea mucho porque no me parece justo no conseguir más resultados o conseguir al menos alguito que derive del esfuerzo (aunque a veces no sea de un esfuerzo del 150%) que estoy haciendo... ¡Ala, ya lo dije!




“Etimológicamente la palabra MOTIVACIÓN proviene del latín motivus (movimiento) y el sufijo -ción (acción y afecto); por tanto, la motivación es la causa de la acción." 

Cuando te paras a pensar en el significado auténtico de las palabras entiendes muchas cosas... y es que descubrir esta definición me aclaró las ideas: cuanto más te mueves, más te motivas; si no te mueves, la motivación no va a aparecer sola… así que me imagino que será cuestión de seguir intentándolo pero con más ganas... darlo todo de mí en este pulso que me está echando mi cuerpo y no pensar ni siquiera en que existe ni la idea ni la posibilidad de abandonar...

Supongo que me resulta más fácil regodearme en la frustración que plantarle cara y dejarla atrás... pero nunca he sido tan valiente como para eso... será algo que también debo aprender con este reto.

La motivación es necesaria para generar un cambio, y ese cambio es iniciado por la acción que causa la propia motivación (¡qué lío! pero yo me entiendo... jajaja) pero claro, no puede ser cualquier motivación, tengo que encontrar una motivación intrínseca, algo propio del cambio en sí que me motive y no esperar que las consecuencias o resultados que ese cambio pueda aportarme sean lo que me hagan motivarme.

Sé que no me estoy explicando bien... lo intento de nuevo: hacer cambios en mi rutina alimenticia y de ejercicio y esperar que las consecuencias de esos cambios (bajar peso, básicamente) sean los que me aporten motivación  es apostar por un caballo que halará de mí pero sólo si yo le doy con la fusta en el momento adecuado para que arranque... sin embargo, si hago cambios en mi dieta y en mi rutina deportiva por lo que eso me aporta directamente (sentirme más activa, más ligera, más sana) estaré centrándome en lo que me aporta en sí en cada momento y no en lo que me aportará  en un futuro... tendré una motivación constante.

Es decir (intento explicarme una tercera vez y si no se me da bien, ya desisto... jajaja): está bien que mi fin último sea adelgazar, que eso vaya a ser consecuencia directa de hacer ejercicio y cuidar la dieta, y que pensar en conseguir mi objetivo obviamente me motiva, PERO es sólo una motivación que me ayudó a arrancar y que me hace no desistir... pero NO me ayuda realmente a llevar bien el día a día; por eso, quiero empezar a comprender y a asimilar las cosas buenas que me aporta una vida saludable sin pensar más allá, sólo por el simple hecho de cambiar y conseguir mejores hábitos. Tengo que centrarme en eso para seguir avanzando y el objetivo final ya llegará sólo...

Tengo que cogerlo con ganas... comerme una sopa de cebolla y apio sin pensar: "Uff qué asquerosidades tengo que comer para adelgazar de una p#-&%@/- vez", sino asimilando que: "es una comida sana y nutritiva, que me aporta innumerables beneficios y que ayudará a mi cuerpo a ser cada día mejor".

Puede que haya puesto el ejemplo más difícil (creo que la sopa de apio y cebolla nunca será santo de mi devoción...) pero sin duda es el que mejor refleja lo que intento decir...



“La motivación necesaria para generar un cambio debe ser instrínseca; es decir: hacer la tarea por lo que ésta nos aporta, no sólo por las consecuencias que nos puede reportar."



Espero haber sido capaz de explicarme... ese es mi lío mental de hoy jajajaja 

¡Un besote!


No hay comentarios:

Publicar un comentario