Los entrenamientos:
La semana 14 del
reto (la semana pasada, del 13 al 19 de abril) no fui a entrenar porque estaba
de viaje pero ¡eso no quiere decir que no hiciera ejercicio! Queríamos ver
muchas cosas y teníamos muy poco tiempo así que nos activamos el modo “pateo
intenso” y les prometo que caminé por mí ¡y por 5 personas más!
El MIÉRCOLES fui
a entrenar por primera vez después del viaje. Hicimos ejercicios de piernas,
abdominales y una carrerita.
El JUEVES el entrenamiento se suspendió, así que me fui a caminar unos 50 minutos. Del pateo que me pegué en el viaje tenía las rodillas y los tobillos rotos... así que ni me planteé hacer, aunque fueran tramos, corriendo.
El VIERNES y el SÁBADO nadita de nada. El DOMINGO sí fui a caminar-correr pero no llegué ni a los 30 minutos... ¡¡Necesito cita con la fisioterapéuta urgente!! Me duele todo: espalda, hombros, cuello, rodillas, tobillos,..., ¡hasta el alma! Mi madre siempre dice que para presumir hay que sufrir... yo no quiero presumir, ¡lo prometo! sólo quiero estar sanita jajajaja
La dieta:
La comida durante
la semana del viaje la hice regulín… no voy a mentirles porque no tiene sentido
ninguno pero sí es verdad que intentaba controlarme en la medida de lo posible;
por ejemplo:
- Para beber
siempre pedía agua; sólo una noche me bebí un par de vasos de vino. Mucha agua
para tanta caminata.
- Y yo creo que
la "compensación" para los pequeños excesos era caminar, caminar y
caminar desde que empezaba hasta que acababa el día. ¡Benditas zapatillas
cómodas!
La semana 15
(esta semana, del 20 al 26 de abril) volví a cambiar la dieta, esta es de
proteínas y me cuesta un poquito comer tanta carne la verdad, pero ¡sólo es una
semana!
Sinceramente me
parece increíble no haber engordado en el viaje, básicamente porque siempre que
estoy de vacaciones o fuera de casa me relajo y me dejo ir más... y la verdad
es que tenía miedito de pesarme al llegar pero, mira por dónde, me lleve una
buena alegría.
Quizás lo
increíble es que, a estas alturas, siga dudando que el esfuerzo merece la pena.
Si se hacen las cosas medianamente bien los resultados derivados deben ser
medianamente buenos como mínimo... y quizás no deba buscar explicaciones más
allá, porque sé que estoy haciendo las cosas bien y ese debería ser mi motivo
para estar en calma: ESTOY HACIENDO LAS COSAS BIEN, ESTE ES EL CAMINO y algún
día llegaré a donde quiero llegar... aunque sea a paso de tortuga, pero
llegaré... y ESO es lo único importante: creer en mí misma, confiar en mi
esfuerzo, tener paciencia y no dejar de dar ni un sólo paso.
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