domingo, 26 de abril de 2015

Semana 14 y 15

Los entrenamientos:

La semana 14 del reto (la semana pasada, del 13 al 19 de abril) no fui a entrenar porque estaba de viaje pero ¡eso no quiere decir que no hiciera ejercicio! Queríamos ver muchas cosas y teníamos muy poco tiempo así que nos activamos el modo “pateo intenso” y les prometo que caminé por mí ¡y por 5 personas más!

El MIÉRCOLES fui a entrenar por primera vez después del viaje. Hicimos ejercicios de piernas, abdominales y una carrerita.

El JUEVES el entrenamiento se suspendió, así que me fui a caminar unos 50 minutos. Del pateo que me pegué en el viaje tenía las rodillas y los tobillos rotos... así que ni me planteé hacer, aunque fueran tramos, corriendo.

El VIERNES y el SÁBADO nadita de nada. El DOMINGO sí fui a caminar-correr pero no llegué ni a los 30 minutos... ¡¡Necesito cita con la fisioterapéuta urgente!! Me duele todo: espalda, hombros, cuello, rodillas, tobillos,..., ¡hasta el alma! Mi madre siempre dice que para presumir hay que sufrir... yo no quiero presumir, ¡lo prometo! sólo quiero estar sanita jajajaja




La dieta:

La comida durante la semana del viaje la hice regulín… no voy a mentirles porque no tiene sentido ninguno pero sí es verdad que intentaba controlarme en la medida de lo posible; por ejemplo:
- Pidiendo platos típicos para probarlos pero si veía que eran muy calóricos les proponía a mis amigas si los pedíamos para compartir en lugar de pedirme el plato para mí sola.
- Para beber siempre pedía agua; sólo una noche me bebí un par de vasos de vino. Mucha agua para tanta caminata.
- Y yo creo que la "compensación" para los pequeños excesos era caminar, caminar y caminar desde que empezaba hasta que acababa el día. ¡Benditas zapatillas cómodas!

La semana 15 (esta semana, del 20 al 26 de abril) volví a cambiar la dieta, esta es de proteínas y me cuesta un poquito comer tanta carne la verdad, pero ¡sólo es una semana!


Sinceramente me parece increíble no haber engordado en el viaje, básicamente porque siempre que estoy de vacaciones o fuera de casa me relajo y me dejo ir más... y la verdad es que tenía miedito de pesarme al llegar pero, mira por dónde, me lleve una buena alegría. 

Quizás lo increíble es que, a estas alturas, siga dudando que el esfuerzo merece la pena. Si se hacen las cosas medianamente bien los resultados derivados deben ser medianamente buenos como mínimo... y quizás no deba buscar explicaciones más allá, porque sé que estoy haciendo las cosas bien y ese debería ser mi motivo para estar en calma: ESTOY HACIENDO LAS COSAS BIEN, ESTE ES EL CAMINO y algún día llegaré a donde quiero llegar... aunque sea a paso de tortuga, pero llegaré... y ESO es lo único importante: creer en mí misma, confiar en mi esfuerzo, tener paciencia y no dejar de dar ni un sólo paso.



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