martes, 15 de diciembre de 2015

La dieta deprime

En 1979, un seguimiento realizado a personas con sobrepeso en Reino Unido arrojó que aquellas que lograron perder el 5% de su peso en cuatro años se encontraban mejor físicamente, pero más deprimidas que aquellas que no habían perdido un solo gramo. Un nuevo estudio, del año pasado, a cargo de la University College de Londres (Reino Unido), lo ratificó, postulando que las dietas “no aportan ningún beneficio psicológico inmediato y pueden incrementar el riesgo de depresión”. Esto, al parecer, abarca solo el proceso: cuando llegamos al objetivo de peso marcado y conseguimos mantenerlo, nuestro estado de ánimo mejora bastante.


Muchas veces me he sentido triste con la dieta y creo que existen varios motivos…

1.       Porque empiezas a negarte “un placer” que hasta ahora has tenido disponible a tu antojo siempre: comer lo que quisieras, cuando quisieras, en la cantidad que quisieras…

2.     Porque “pecar” (es decir: comer algo que “no está permitido”) empieza a traer consigo sentimientos de culpa, remordimientos,…

3.     Sabes que la mayoría de planes sociales (cenas con amigos, celebraciones, viajes,..., e incluso cosas tan simples como ir al cine) conllevan saltarse la dieta (comer en exceso, comer productos insanos, etc.) y entonces tienes 3 opciones:
- Buscar toda la fuerza posible para cumplir con el punto 1.
- Pecar y asumir las consecuencias del punto 2.
- Eliminar determinados planes de tu agenda y ser menos social pero más sano.

4.     Este último aspecto nos lleva directo a mi 4º motivo: ver drásticamente disminuida tu vida social. Es en pro de tu salud y de tu objetivo SÍ pero, ¿dónde queda tu felicidad?, ¿tu satisfacción como persona?, ¿tu momento de relax?, ¿no se puede encontrar un término medio?,...

5.     Y el último motivo (para no extenderme demasiado) está relacionado con el proceso en sí mismo: si no bajas peso a final de cada mes empiezas a rememorar y a culparte y torturarte por lo que hayas podido “saltarte” de la dieta y que haya causado que no bajaras tantos kg como quisieras/debieras/pudieras (incluso si bajas, tienes ese proceso mental en el que te pides a tí mismo haber conseguido más)… Las autoexigencias son altísimas, los castigos mentales también y creo que no es justo tener que sentirte mal por ser como eres, porque ya estás en el proceso de mejorar para llegar a ser lo que quieres ser (no sé si me explico….).

Conclusión: Esfuérzate para lograr tu objetivo pero no te dejes a tí mism@ a mitad de camino...


Yo estoy por ver si me lo aplico... ¡¡que no es fácil tenerlo presente cada día!! 


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