“En 1979, un seguimiento realizado a personas con sobrepeso en Reino Unido arrojó que aquellas que lograron perder el 5% de su peso en cuatro años se encontraban mejor físicamente, pero más deprimidas que aquellas que no habían perdido un solo gramo. Un nuevo estudio, del año pasado, a cargo de la University College de Londres (Reino Unido), lo ratificó, postulando que las dietas “no aportan ningún beneficio psicológico inmediato y pueden incrementar el riesgo de depresión”. Esto, al parecer, abarca solo el proceso: cuando llegamos al objetivo de peso marcado y conseguimos mantenerlo, nuestro estado de ánimo mejora bastante.”
Muchas
veces me he sentido triste con la dieta y creo que existen varios motivos…
1. Porque
empiezas a negarte “un placer” que hasta ahora has tenido disponible a tu
antojo siempre: comer lo que quisieras, cuando quisieras, en la cantidad que
quisieras…
2. Porque “pecar”
(es decir: comer algo que “no está permitido”) empieza a traer consigo
sentimientos de culpa, remordimientos,…
3. Sabes que la
mayoría de planes sociales (cenas con amigos, celebraciones, viajes,..., e incluso cosas tan
simples como ir al cine) conllevan saltarse la dieta (comer en exceso, comer productos
insanos, etc.) y entonces tienes 3 opciones:
- Buscar toda la fuerza posible para cumplir con el punto 1.
- Pecar y asumir las consecuencias del punto 2.
- Eliminar determinados planes de tu agenda y ser menos social pero más sano.
- Buscar toda la fuerza posible para cumplir con el punto 1.
- Pecar y asumir las consecuencias del punto 2.
- Eliminar determinados planes de tu agenda y ser menos social pero más sano.
4. Este último
aspecto nos lleva directo a mi 4º motivo: ver drásticamente disminuida tu vida
social. Es en pro de tu salud y de tu objetivo SÍ pero, ¿dónde queda tu felicidad?, ¿tu satisfacción como persona?, ¿tu momento de relax?, ¿no se puede encontrar un término medio?,...
5. Y el último
motivo (para no extenderme demasiado) está relacionado con el proceso en sí
mismo: si no bajas peso a final de cada mes empiezas a rememorar y a culparte y
torturarte por lo que hayas podido “saltarte” de la dieta y que haya causado
que no bajaras tantos kg como quisieras/debieras/pudieras (incluso si bajas, tienes ese proceso mental en el que te pides a tí mismo haber conseguido más)… Las autoexigencias
son altísimas, los castigos mentales también y creo que no es justo tener que
sentirte mal por ser como eres, porque ya estás en el proceso de mejorar para llegar
a ser lo que quieres ser (no sé si me explico….).
Conclusión: Esfuérzate para lograr tu objetivo pero no te dejes a tí mism@ a mitad de camino...
Yo estoy por ver si me lo aplico... ¡¡que no es fácil tenerlo presente cada día!!
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