domingo, 1 de febrero de 2015

Asociaciones erróneas

Me he dado cuenta de que en mi vida todo giraba en torno a la comida:

¿Estaba triste? ¡Me recompensaba comiendo algo rico!
¿Estaba feliz? ¡Lo celebrara comiendo algo rico!
¿Estaba nerviosa? ¡Me calmaba comiendo algo rico!
¿Estaba aburrida? ¡Mataba el tiempo comiendo algo rico!
¿Quería planear algún plan? ¡Consistía en salir por ahí y comer algo rico!

Y ese “algo rico” conllevaba algo calórico, grasiento, insano,…

Y por eso me cuesta seguir la dieta... porque basta que haya un día estresante... o uno aburrido... o que pase algo que me entristezaca... o que ocurra algo que quiera celebrar... para que sienta que necesito comer, ¡¡comer cosas insanas!!.. y ¡hay que tener muchísima fuerza de voluntad para no hacerlo!


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Había dejado en "borrador" esta entrada cuando me encuentro con un artículo escrito en el país semanal del día 30 de enero de 2015 que se titula: 


Comer sin sufrir

Ingerir alimentos de forma compulsiva puede enmascarar frustración, rabia o tristeza

Si es de las personas angustiadas con la comida y las dietas, siga algunos consejos para volver a disfrutar de la comida de forma relajada y en armonía

http://elpais.com/elpais/2015/01/30/eps/1422645996_698170.html

Les dejo el enlace para que puedan leer el artículo completo y les copio lo que más me ha llamado la atención:
http://elpais.com/elpais/2015/01/30/eps/1422645996_698170.html

Comer de forma compulsiva puede ser un comportamiento sustitutivo. No siempre se realiza por el propio placer de comer, sino que se lleva a cabo para enmascarar emociones como la frustración, la rabia, la tristeza o la ansiedad provocadas por el estilo de vida, las circunstancias de cada uno o la forma de interpretar el entorno que está viviendo. (...)

Comer puede (...) convertirse en el enemigo; la nevera, el rival al que hay que derrotar; un cálculo matemático contando calorías, el desencadenante del sentimiento de culpabilidad por tomar lo prohibido y una verdadera lucha contra usted mismo.

(...) El consumo de carbohidratos lleva a estados de bienestar y tranquilidad, y el azúcar influye en la liberación de serotonina y de endorfinas. (...) Serotonina y endorfinas desempeñan un papel fundamental en la regulación del bienestar. Las personas a las que su trabajo no les llena, que se sienten solas, que se atan a dietas imposibles de seguir o que viven otras situaciones frustrantes terminan por buscar consuelo en la comida en lugar de soluciones al problema de origen. Ahogar las penas abriendo la puerta de la nevera, mantener una lucha interna entre “quiero comerlo, pero no debo”, solo le lleva a parchear las emociones. Si realmente fuera eficaz, recuperaría su sonrisa y su tranquilidad. Pero lo cierto es que al rato se vuelve a estar tan triste y ansioso como antes de comer lo que no era una elección, sino un impulso por saciar su ansiedad.

Me siento súper identificada con este párrafo... es cierto que en esos momentos en que las emociones me dominan y dejode ser racional, suelo buscar en la comida ese "alivio" o esa "satisfacción" que necesito (es un hábito que he adquirido y que repito una y otra vez)... pero ese alivio es momentáneo, esa satisfacción es efímera... a corto plazo puede parecer una solución, pero a largo plazo me causan emociones aún más grandes que vuelven a hundirme; en mi caso: la culpa. La culpa por haber comido cosas que no debía, por haber jodido el esfuerzo de toda la semana, por no ser capaz de reaccionar a tiempo, de darme cuenta antes, de reflexionar y ser capaz de parar antes de llevar a cabo una conducta (ingerir alimentos inapropiados) que me perjudica.

Hace tiempo, en esos primeros meses de los que les hablé en los que subía peso, volvía a bajar, volvía a subir... hablando con Iván le comentaba que me sentía idiota porque soy consciente de que me esforzaba por seguir una dieta y hacer ejercicio... tenía un día de bajón... devoraba... me sentía fatal por haber echado a perder el esfuerzo de los días anteriores... y ¿qué hacía para remediarlo? Volvía a comer mal... y, por supuesto, volvía a sentirme fatal. La pescadilla que se muerde la cola, un círculo vicioso del que hay que salir porque es la única manera de conseguir nuestro propósito.

Una vida equilibrada favorece conductas saludables. Si alguien practica deporte, descansa de forma apropiada, disfruta con su trabajo, aprovecha su tiempo libre, dispone de tiempo para comer de forma pausada y cocinar sano, tenderá a alimentarse mejor. Una persona que se esfuerza por hacer ejercicio también se esforzará eligiendo alimentos saludables.

Esa es mi meta: conseguir conductas saludables que me hagan sentir mejor. Creo que es el objetivo que deberíamos seguir todos, estemos como estemos, nos sintamos como nos sintamos. Sin salud, el resto de las cosas pasan a ser prioridades secundarias. Con salud, todo se ve mejor y todo sale mejor.

Y es verdad, a mí me pasa: los días que tengo entrenamiento hago la dieta mucho mejor y con muchísimo menos esfuerzo que el resto de días; como si una cosa acompañara a la otra y se ayudaran mutuamente.


Y destaco los consejos que dan en el artículo porque me parecen muy acertados:

Tenga paciencia y consiga un ritmo en el que todo fluya. Perder peso no es algo de hoy para mañana. (...) es mejor un objetivo a largo plazo, que le permita compaginar su vida con las relaciones personales y el trabajo.

Cuántas veces no habré dicho: ¡quiero perder peso ya! Pero como dice mi madre: "el sobrepeso que tienes no lo cogiste en 2 días, ¿por qué pretendes perderlo rápido?"

Y cuantas veces no me habré torturado pensando que hacer dieta era incompatible con salir por ahí, hacer vida social, etc.; De esto se podría escribir una entrada entera pero "el truco" me lo dio Iván y lo compartí con ustedes el otro día: "sal a comer por ahí, y elije aquello de la carta que mejor se adapte a tu dieta, que mejor te venga a ti". Es una buena forma de compaginar tu nueva vida sana con tu vida social.

No se trata de todo o nada. No haga tonterías con la dieta. Consulte con un profesional que le aconseje. No hay milagros en la pérdida de peso.

No hay secretos: se pierde peso cuidando la alimentación y haciendo ejercicio. Y cuanto antes lo asimile, antes eliminaré las expectativas erróneas que he creado, antes estableceré metas y procedimientos razonables y antes conseguiré poner en marcha todo lo necesario para conseguir un peso saludable sin que mi salud o mi cuerpo se vean afectados.

No abuse del autocontrol. La investigación sobre la fuerza de voluntad y el autocontrol asegura que tener capacidad para decir no y decidir lo correcto es un factor de éxito. Pero si tensa la cuerda y no se permite de vez en cuando un margen de error, igual le llevará a un fracaso mayor.

Si de algo me he dado cuenta estas semanas es que la fuerza de voluntad es imprescindible para poder seguir la dieta y, sobre todo, ser consciente en cada momento lo que debo o no debo comer, tener la voluntad de decir que NO a todos aquellos alimentos que me vayan a perjudicar.

Me resulta agotador, la verdad, tener que estar todo el rato atenta... pero sé que conforme vaya pasando el tiempo podré prestarle menos atención porque se habrá convertido en un hábito, y lo bueno de crear hábitos es que se automatizan. Por eso me cuesta tanto eliminar los malos hábitos que he creado en relación a la alimentación, y por eso tengo que estar ahora 100% alerta todo el tiempo; si no lo hiciera, esos hábitos se activarían automática e involuntariamente, y lo que yo necesito ahora es cambiarlos y sustituirlos por otros hábitos nuevos y mejores, hasta que llegue el día en el que esos hábitos saludables guíen mi conducta sin que me suponga un esfuerzo constante.

Por otro lado, me parece increíblemente importante permitirnos un margen de error, y ya no solo en alguna comida semanal (el famoso cheatmeal) sino a la hora de establecer y alcanzar objetivos: yo hace mucho tiempo que no pienso en cuánto peso tengo que perder en total, porque me abruma tanto que me bloquea (y bloquearme es contraproducente para mi objetivo), y tampoco quiero marcarme una fecha determinada en la que tendré que haber perdido "no se cuántos" kilos... me parece una presión excesiva que entorpece el proceso y que genera demasiada carga... y ya suficiente carga tengo con sacar fuerza de voluntad cada día. 

Sí es cierto que necesitamos marcarnos retos para motivarnos y no "dejarnos ir"; el mío por ahora es que cada vez que me pese tengo que estar por debajo del peso anterior... me da igual si son gramos o kilos... me basta con estar por debajo... porque eso significa que, poco a poco, voy dejando atrás ese peso que me sobra y voy teniendo más cerca el peso que quiero alcanzar. Por ahora me basta así... más adelante quizás me marque otras metas más estrictas, precisas y ambiciosas... por ahora mi ambición es aguantar el día a día, llevarlo lo mejor que pueda y dejar a mi felicidad en manos de otro aspecto que no sea la comida...

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